
El secretario de Estado de Cultura, Adriel Ramos, formó parte de la segunda edición del foro “Los museos en el medio”, un espacio donde referentes de distintos países de la región analizaron cómo la inteligencia artificial está transformando la relación entre arte, tecnología y memoria.
La Secretaría de Estado de Cultura, que depende del Ministerio de Gobierno, estuvo representada por Ramos en este encuentro organizado por la Asociación Amigos del Bellas Artes en la ciudad de Buenos Aires. Allí, especialistas de Argentina y América Latina debatieron cómo los museos deben reconfigurar su función ante el avance de nuevas herramientas tecnológicas y la IA.
La actividad comenzó con una masterclass del filósofo y divulgador Tomás Balmaceda, quien señaló que “si se la observa con atención, la IA no viene a reemplazar, sino a interpelar”. En su exposición planteó que la pregunta central no es cómo usar la tecnología, sino para qué: qué preservar, qué transmitir y de qué manera generar experiencias valiosas frente a las obras y testimonios del pasado.
El foro reunió a figuras como Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes; Cecilia Remiro Valcárcel, secretaria de Amigos del Bellas Artes; Liliana Barela, subsecretaria de Patrimonio Cultural; además de representantes de instituciones de Chile, Uruguay y diversas provincias argentinas.
En este contexto, Ramos intervino en la conferencia “Medio Federal” junto a Pancho Marchiaro, vocal de la Agencia Córdoba Cultura y responsable del Museo Evita Palacio Ferreyra. Con la moderación de Alejandrina D’Elía, ambos presentaron iniciativas destinadas a ampliar y evaluar el impacto de las políticas culturales y compartieron reflexiones sobre nuevas formas de acercar los museos a la comunidad. Ramos destacó que Santa Cruz es “un territorio profundo que necesita ser comprendido para construir políticas culturales y volver a conectar con los públicos”.
Las charlas abordaron los efectos de la pandemia en la vida museística, la necesidad de repensar colecciones y metodologías de trabajo, y el desafío de captar nuevas audiencias. Hubo consenso en que la tecnología puede fortalecer el vínculo con las comunidades siempre que se aplique con criterio, responsabilidad y perspectiva ética.
Entre los ejemplos presentados se mencionó el Museo de Arte Precolombino e Indígena de Uruguay, que trabaja como un laboratorio con propuestas digitales y exploraciones en el metaverso; y la experiencia inmersiva de Van Gogh, que permitió acercar la obra a un público masivo. También se remarcó la importancia de integrar territorios, barrios y producciones populares dentro del relato museístico.
La jornada concluyó con las presentaciones de equipos educativos de Fundación Proa, Malba y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, quienes compartieron proyectos orientados a comunidades educativas, personas con diversidad funcional y barrios populares. Todos coincidieron en la necesidad de “desescolarizar” las visitas guiadas y utilizar la tecnología solo cuando mejora la experiencia del visitante.
Con la participación de Santa Cruz, el foro reafirmó la importancia de construir una mirada federal y regional sobre el porvenir de los museos, articulando arte, tecnología y memoria en un diálogo que involucra a toda la sociedad.
